LUIS ALBERTO PANTOJA: GUERRILLERO (Iván Daza)

EXPOSICIONES REALIZADAS

Algunas de las exposiciones realizadas son:

Octubre 1988. Exposición Colectivas: Salón de Artistas merideños en honor a Mérida. Sala de CORPOANDES. Seleccionado para participar en la exposición del 29/10/1989, del Museo de Arte Moderno La Rinconada.

Abril 1989: Casa de la Cultura Juan Félix Sánchez, Mérida, Estado Mérida.

Octubre 1989: Museo de Arte Moderno de Mérida. Vigésimo Aniversario. Estado Mérida. Museo de Arte Moderno de la Rinconada. Dtto, Federal – Caracas. Venezuela.

Octubre 1990: I Bienal Nacional de Artes Plásticas de Mérida. Estado Mérida. Salón Centro Universitario de Arte (CUDA) de la Universidad de los Andes. ULA. Mérida, Estado Mérida.

Julio 1991: Casa de la Cultura “Hacienda el Pilar”, Ejido, estado Mérida.

Febrero 1992: Galería Juan Vizcarret, “Jóvenes Artistas de Mérida”, Dirección de Cultura del Estado Mérida.

Individuales:

Febrero 1992: Sala de exposiciones del Instituto Universitario de Barquisimeto.

Octubre de 1992. Galería la Otra Banda. Universidad de los Andes. ULA.

Exposición permanente:

Galería San Francisco. Esquina de San Francisco. Caracas – Venezuela.

Historial Artístico

Reseña histórica

Con esta breve reseña de mi “historial”, pretendo dibujar mi perfil artístico.

Mi nombre es Luis Alberto Pantoja, nací el día 17 de Junio de 1959 en Calabozo, Estado Guárico. Allí en Calabozo inicié mis estudios de primaria, Primer y Segundo grado, en el grupo escolar Estados Unidos de América y tercero, cuarto, quinto y sexto grado, en la Escuela Nacional Camaguán”. Mis destrezas como dibujante debieron aflorar temprano pues muchos años mas tarde, siendo adulto ya, me di cuenta que desde primer grado, incluso desde antes, me asignaban la tarea de hacer los dibujos de las carteleras que se hacían para celebrar la fecha patria o por cualquier otro motivo. Tuve el privilegio de haber sido criado por mi abuela materna, Doña Carmela Pantoja de Bosch, quien por sus oficios de alta cocina, me introdujo en residencias que me permitieron desde muy temprano acceder a lecturas que de otra manera hubieran sido inaccesibles para mi, especialmente me formé en mitología griega porque la fascinación que me producía, me indujo a adquirir cuantas historietas tuvieran que ver con ello, lo que evidentemente influyó en mi formación como persona, como dibujante y como escultor y por ende, como artista en general.

De esta manera, empecé a dibujar, en las carteleras de la escuela y lo hago desde los 8 años de edad. Concluido el sexto grado, comencé los estudios de la secundaria o bachillerato, en la máxima casa de estudios de Calabozo, para la época el Liceo Alejandro Von Humboltd, orgullo del pueblo calaboceño. Inicié los estudios de primaria en 1967 y concluí el bachillerato en 1978.

Una vez culminada esta etapa, me fui a San Fernando de Apure a con el fin de seguir estudios universitarios, y escogí la carrera de Administración Agropecuaria y Administración de Empresas, la cual, dictaba la Universidad Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora (UNELLEZ), donde cursé seis semestres. Hice cambio de universidad y me marché a la “ciudad de los caballeros”, Mérida, donde hice equivalencia de la UNELLEZ A LA Universidad de Los Andes (ULA) y estudié Administración de Empresas, carrera que quedó inconclusa porque decidí dedicarme íntegramente a cultivar y a re-aprender el oficio de la Escultura de manera metódica y continuada, abordando los más diversos temas.

Una vez que me hube establecido en la ciudad de Mérida, transcurría el año de 1987, y mientras seguí el curso de Administración de Empresas en la Universidad de Los Andes (ULA), comencé a realizar algunos dibujos de figuras humanas y a tallar en madera. En honor a la verdad, mi tránsito por este mundo del arte y la especial dedicación al dibujo y la escultura, comenzó debido a la amable, y continua insistencia de Araceli Redondo (mi compañera de viaje en ese entonces y madre hoy en día, de mi hija Mariana). Fue a partir de ese año, que decidí dedicarme íntegramente a cultivar y a re-aprender continuamente el oficio de la escultura, que aún hoy profeso, abordando muchos y diversos temas. Para lograr esta empresa, me propuse aprender a dibujar. Para ello, debía responderme ¿Que es el dibujo? ¿Cual es su principio y cual es su fin? y pregunté a un buen y sabio amigo, el poeta Gilberto Ríos y me contestó: “El dibujo es el vuelo de un pájaro…” Entonces comencé a dibujar incansablemente, para lograr que mi mano tenga la agilidad de expresar en cualquier figura, la misma libertad que tiene el vuelo de un Colibrí… y en eso estoy.

Después de haber desarrollado una técnica personal del modelado, comencé a realizar los primeros dibujos que luego se volverían retratos. Dibujaba todos los días y modelaba objetos y personas que tenía enfrente, mis manos sobre las mesas de los cafés, a los amigos que me observaban hacerlo, a mi hija Mariana. De esta manera, me inicié en lo que he dado en llamar la etapa del “El Retrato Escultórico”, para lo cual, siempre he considerado poner un especial énfasis e interés.

Para logra tales fines, allí en la Ciudad de Mérida, en el año de 1993, con mucha vehemencia y pocos recursos, realicé los primeros retratos escultóricos y comenzó el proceso con un trabajo arduo ya que el propósito era modelar. Muchos de los rostros que hoy se encuentran materializados, han sido fundidos en bronce o esperan serlo. En los años anteriores me había dedicado a tallar la madera, obteniendo resultados modestos, que me sirvieron para crecer y que hoy me asombra un tanto haber empezado con este noble material. No obstante, cuando descubrí las virtudes ilimitadas que me ofrecía la arcilla, fueron naciendo los rostros de algunos poetas, músicos, escultores pintores, cantores, escritores, filósofos, venezolanos la mayoría de ellos. Mi inspiración en cada retrato es plasmar el paisaje oculto que cada rostro me revela, y puede que me contagie… pues recuerdo con aprecio el retrato que hizo de mi, el profesor José Manuel Briceño Guerrero “…en su rostro combaten muchos rostros.

La incesante inquietud que me produce la necesidad de crecer, me llevó a establecerme en Caracas y me trasladé a “la Gran Caracas” en 1993. Allí realicé varias obras cuyo tema era del cuerpo humano, en especial el de la mujer madura. El ejercicio continuo del “retrato escultórico” que de igual manera seguía realizando, me condujo a una nueva jornada en mi vida y por invitación de el notable pintor Manuel Espinoza, realicé un taller de modelado de escultura, en el pueblo de Clarines, Estado Anzoátegui. Mientras realizaba este taller, en una de los traslados, me detuve en el pueblo de “Tapipa” (Barlovento) y con algunas hermosas, integrantes del Teatro Negro de Barlovento, comencé a modelar los preciosos y poderosos rostros de nuestras mujeres, descendientes de nuestros no muy lejanos antepasados africanos.

Creo que el retrato debe revelar la íntima vida interior que me descubre al realizarlo, debe revelar la esencia de cada cual, el retrato debe plasmar la vida misma y no solo reflejar el volumen, las texturas y las formas.

La mayoría de los retratos escultóricos y obras expuestas, se encuentran en el país. Por nombrar algunas diré que públicamente existen dos del Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, una en el INCE de la ciudad de Acarigua y otra en el INCE de la Ciudad de Barquisimeto. En el Hospital Antituberculoso del Algodonal en Caracas, que hoy lleva su nombre, está la del eminente neumonólogo y sanitarista venezolano Doctor José Ignacio Baldó Soulés. La escultura de Alfredo Sadel, en el Teatro Municipal de la Ciudad de Caracas, que también lleva su nombre.

En el exterior, la mas prominente es la del Generalísimo Don Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez que se encuentra en Grecia, Atenas. Avenida las Américas y en la galería Georgetow of Art, en Washintong D. C. están expuestos dos torsos realizados el año 96.

LUIS ALBERTO PANTOJA

3 de diciembre de 2009

GUERRILLERO (Iván Daza)

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